martes, 5 de mayo de 2009

Historias Clínicas: Un tratamiento exitoso

Algunos ejemplos clínicos ayudarán a comprender
mejor la forma de prescribir en el sistema Bach.
Iré colocando entre paréntesis las flores que surgían en mi
mente a medida que escuchaba el relato de los pacientes.

La señora Alcira J., de 55 años, casada y madre de dos hijos adolescentes, consulta, pues desde hace 6 meses y a raíz del infarto de miocardio sufrido por su madre, comienza con un cuadro de dolores en el brazo izquierdo, palpitaciones, sudoración de manos, temor a salir a la calle y miedo a "descomponerse" si lo hace (Mimulus). Relata que cuando se enteró del infarto de la madre "se puso dura y no pudo llorar" (Star of Bethlehem). Agrega que la relación con la madre nunca fue muy buena, ya que ésta no es afectuosa. Sospechando una personalidad tipo Chicory, le pregunto si es muy apegada a las personas que quiere y si es sensible a que la excluyan o la dejen de lado. Me responde que de niña era muy "pegada" a las tías (recordar que tiene una madre poco afectuosa) y que aún llora la muerte de su abuelo acaecida hace muchos años atrás. Que si la dejan de lado, se ofende y le duele mucho. "Soy de estar angustiada y lloro mucho, siempre digo: "me quiero morir" (Chicory). Me dice además que siempre fue insegura, lo que la lleva a huir de situaciones (Larch). Fue tímida (Mimulus), siempre distraída (Cleamatis) y ahora más. "Vivo haciendo lo que los demás quieren" (Centaury). Nunca expresó su agresión y es muy sensible a los estímulos de afuera, que la hacen llorar con facilidad (Walnut), excepto ahora que no puede llorar. Se sintió siempre desvalorizada y cuando va a reuniones con gente de mayor nivel socio-económico se siente avergonzada (Crab Apple).
Antes de esta consulta Alcira había consultado a un homeópata unicista quien había indicado Pulsatüla, lo que no había modificado el cuadro.
Desde un punto de vista psiquiátrico se puede diagnosticar a esta señora como una histeria de angustia o fóbica. En la clasificación de Liberman constituiría una personalidad atemorizada y huidiza. Desde un punto de vista psicoanalítico es evidente que en su cuadro actual dramatiza y condensa en sus síntomas las vicisitudes de su vínculo hija-madre.
Desde un punto de vista homeopático, coincido con el homeópata que la atendió previamente, en que es una Pulsatüla. Aunque no la repertoricé, de este remedio es su característica mental.
Dejo deliberadamente estos diagnósticos de lado y la veo desde el punto de vista del sistema Bach. Observo mis anotaciones y veo que he marcado muchos remedios. Jerarquizo el cuadro y establezco que sus síntomas agudos, originados desde hace 6 meses, son el resultado de una situación traumática, el infarto sufrido por la madre, situación habitualmente traumática, y más aún en este caso dada la historia de la paciente. Indico entonces Star of Bethlehem, la flor que corrige los efectos posteriores de las situaciones traumáticas, a tomar 4 gotas 6 veces por día y cito a la paciente para dentro de un mes.
En la segunda entrevista la paciente manifiesta sentirse muy bien, incluso hasta asombrada de lo bien que se siente. Los dolores han desaparecido, también la sudoración de manos, así como el miedo a salir a la calle y "descomponerse". Las palpitaciones persisten algunas veces por la noche. Pudo llorar nuevamente. Dice que la medicación le da mas sueño, que sigue insegura y siempre pidiendo disculpas y sometiéndose a los demás. Se queja de dolor en la nuca por tensión.
En esta segunda entrevista no observo la aparición de ningún nuevo estado emocional en desequilibrio, pero sí la desaparición del miedo, que en la primera entrevista me había llevado a marcar Mimulus entre los medicamentos posibles. Este estado desapareció por la acción del Star of Bethlehem, por lo tanto parecería que por ahora el Mimulus no es necesario. Los otros estados mentales, que son caracterológicos, se mantienen y es ahora el momento de agregar los otros medicamentos. Continúo dándole el Star of Bethlehem, pero se lo doy a través del Rescue Remedy, ya que así le incorporo Clematis para su distracción y mucho sueño e Impatiens para su dolor en la nuca por tensión, y equivale a un remedio solo (de acuerdo a lo que dije en el Capítulo IV). Agrego Larch para su inseguridad, Centaury para su sometimiento y Chicory por su posesividad en los afectos. También agrego Walnut, ya que la paciente se queja de los ataques de sus hijos adolescentes, pero no estoy segura, ya que quizás esta sensibilidad puede corresponder a Chicory,
Doy el medicamento de la misma manera, 4 gotas 6 veces por día y la cito para dentro de un mes.
Tercera entrevista: "Anduve bien, a veces con un poquito de angustia", esta angustia la relaciona con las visitas a la madre y la siente como una opresión en el pecho (Agrimony). "Duermo muchísimo", y agrega sonriéndose: "He dicho no a varias cosas. Me siento más firme. Dejé de hacer cosas que hacía para que la gente diga: "qué bien, qué trabajadora". Me siento más activa, más yo. Me doy cuenta que siempre me siento culpable de todo, siempre pido perdón (Pine). También me asusta mucha gente, por ejemplo en el cine (Mimulus). Tengo más memoria, pero todavía me cuesta concentrarme y hay cosas que me cuesta aprender en mi curso de inglés (Chestnut Bud). Estoy mejor con mis hijos, pero me doy cuenta que a veces les echo en cara cosas (Chicory)''.
Es evidente que la medicación está actuando y los síntomas que motivaron la consulta han desaparecido, pero han surgido nuevos medicamentos a prescribir. Hay que jerarquizar nuevamente.
El relato de la paciente muestra que los estados mentales correspondientes a Larch, Centaury y Chicory se están equilibrando. Alcira afirma sentirse más firme, puede decir no, es decir no someterse y está mejor con sus hijos. Pero este equilibrio no es total, lo que es lógico pues lleva dos meses de tratamiento y se está intentando modificar rasgos de carácter de toda la vida.
De acuerdo a esto decido mantener estos tres medicamentos. Decido suprimir el Walnut, ya que este medicamento no estaba bien indicado. Las dificultades de Alcira con sus hijos obedecen a Chicory, pues tolera mal la adolescencia de los hijos debido a su posesividad. Han surgido nuevos remedios: el Agrimony por su angustia en relación con su madre; el Pine por su sentimiento de culpa; el Chestnut Bud por sus dificultades de aprendizaje y el Mimulus por el miedo a los lugares cerrados con gente.
Elijo solamente, por ahora, agregar el Agrimony y el Mimulus. El primero, porque intuyo que la angustia relacionada con el vínculo hijo-madre oculta otra emoción que creo necesario que se haga consciente. Es probable que esta emoción sea la agresión y si así fuere el Pine no será necesario. El segundo, porque creo que el miedo le está impidiendo ampliar el campo de su experiencia vital, lo que la lleva a centrarse en sus vínculos primarios, perdiendo independencia. Por otra parte, decido postergar la indicación del Chestnut Bud, ya que no es un estado mental que exige equilibrarse urgentemente y prefiero darme más tiempo para entender a la paciente.
Naturalmente no informo todas estas hipótesis a Alcira y confío verificarlos en las próximas entrevistas.
He puesto en detalle todas estas reflexiones, que son las que habitualmente hago cuando trato a un paciente con el sistema Bach, para mostrar que, si bien los Remedios Florales son un sistema de medicina simple, lo que no es simple es la naturaleza humana, y en una persona adulta, con alteraciones emocionales crónicas, se deben evaluar cuidadosamente los estados mentales en desequilibrio para ir corrigiéndolos paso a paso con el objeto de lograr la armonía emocional.
No obstante, este caso en particular es relativamente fácil, no tanto por el cuadro que presenta, que no es ni más fácil ni más difícil que otros, sino por las características de la paciente. Una persona inteligente y buena observadora de sí misma, pero no demasiado intelectualizada (que es lo que dificulta el interrogatorio para el sistema Bach), ha confiado en el terapeuta y ha dicho con verdadera honestidad lo que realmente sentía. No es común que una persona tipo Chicory confiese que si la dejan de lado, llora y diga "... me quiero morir". Este papel de víctima no suele ser confesado por un paciente en una primera entrevista. Por último ha cumplido su medicación estrictamente.

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